Tengo 19
años, soy hijo único y vivo con mis padres en una zona residencial de chalets
en un pueblo a unos 20 Km de Madrid.
Aquel día había salido
temprano de casa para realizar unos trámites en la capital. Me despedí de mis
padres avisándoles que seguramente llegaría a la noche, ya que aprovecharía
para pasar el día en Madrid. Mis padres estaban hablando que Juan, un fontanero
conocido de mis padres, se pasaría por allí para realizar unas reparaciones en
la caldera de la calefacción.
Después de solucionar todos los tramites, empeze a deambular por la ciudad, pero a media mañana empezó a ponerse el día muy nublado y empezó a llover. Decidí volverme a casa, llegue todo empapado y cuando estaba entrando en casa, me percate de la furgoneta del fontanero se encontraba estacionada en la puerta.
Entre y subí a mi habitación a secarme, no vi a nadie y supuse que estarían en el sótano mirando la caldera. Decidí bajar a saludar y cuando estaba a punto de cruzar la puerta del sótano oí como el fontanero le decía a mi madre:
- Mañana vendré con todas las piezas para reparar la caldera, tengo que ir al almacén para pedirlas. Y cambiando de tema, hacía mucho tiempo que no nos veiamos, creí que ya te habías olvidado de mi. ¿No me has echado de menos?
- Aquello
ya paso y no quiero volver a empezar.
- Dime
la verdad ¿nunca has deseado volver a verme?
- Al
principio si te eche de menos, pero cuando nació mi hijo ya no tenia tiempo
para pensar en ti.
- Ahora
ya ha crecido, y tienes tiempo para ti. ¿A que hora viene tu familia?
- Vendran
a última hora de la tarde.
- Entonces
tenemos tiempo para recordar viejos tiempos.
Yo estaba petrificado en la puerta oyendo la conversación, mi madre y el fontanero habían sido amantes. En ese momento el fontanero cogió a mi madre por la cintura, y la beso. Mi madre no opuso mucha resistencia, por no decir que ninguna. Se estaban besando apasionadamente, el la empezó a desabrochar el vestido que llevaba, dejándola en sujetador y bragas. Estaba espectacular a sus 43 años. El se bajo la cremallera del pantalón y saco su miembro erecto.
- Mira como la tengo de pensar en ti.
- Ya
lo veo, dijo mi madre mirando fijamente su pene. Pero Juan, no debo, dijo mi
madre sin mucho convencimiento y sin dejar de mirarle el pene.
- Anda,
cógela, si lo estas deseando. Por los viejos tiempos….
Le cogió
el pene y empezó a masturbarle, después se puso de rodillas y se la introdujo
en la boca. Empezó a chupársela como una
experta. El tenía cerrado los ojos.
- Veo
que no has perdido práctica, ¿se la chupas también a tu marido?
- De
vez en cuando, dijo mi madre sacándosela de la boca, y volvió a la faena.
El la cogió por los brazos, la levanto y se la llevo a una mesa que teníamos en el sótano y la subió encima de ella. Mi madre se quito el sosten y las bragas quedando completamente desnuda, tenia unos pechos preciosos, unas areolas grandes y los pezones duros por la excitación y además tenia las ingles depiladas completamente. Yo estaba completamente extasiado viendo desnuda a mi madre, la polla me apretaba en los pantalones y la tuve que liberar, empecé a massajearla viendo a mi madre.
El la abrió las piernas y empezó a comerle el coño, a cada lengüetazo que le daba, ella daba pequeños gemidos.
- Y ahora viene lo que a ti mas te gusta, dijo el levantándose.
Cogió su pene y la penetro,
ella dio un grito de placer. Empezó a dar embestidas, y a cada una de ellas mi
madre gemía, cada vez más fuerte. Sus pechos se movían al compas.
- ¿Te
gusta, eh zorra?, le dijo sin parar de follarsela
- Si,
si, si, jadeaba mi madre a cada golpe de polla que recibía, no pares.
Estuvieron así un buen rato, perdí la noción del tiempo que estuvieron follando. A cada embestida, la mesa crujía, pensé que se iban a romper las patas, pero no, aguanto, igual que aguantaba los empellones mi madre, que gemía como una perra hasta que dio un grito y se quedo quieta, había llegado al orgasmo. El dio unas embestidas mas, e hizo un ruido que me indico que se había corrido dentro de mi madre. Se quedo quieto encima de ella y se abrazaron.
- ¿Qué tal? Le dijo el.
- Ha
sido increible, hacía tiempo que no disfrutaba así.
El se levanto y se quedo de pie enfrente de mi madre. Ella también se puso de pie, le miro el pene, se arrodillo y se la empezó a chupar otra vez. Se le volvió a poner tieso y mi madre chupa que te chupa hasta que se corrió dentro de su boca. Ella se lo trago todo y él se rió.
Mientras tanto yo me había masturbado viendo a mi madre disfrutar como una perra, ya me había corrido dos veces.
- Anda, vístete y vete, no sea que vengan antes de lo previsto.
- Si, ¿mañana
estaremos también solos?.
- Creo
que si, mi marido va a trabajar y mi hijo espero que se vaya a la universidad.
- Tranquila
mama, que mañana tambien “ire” a la universidad (pensé)
Para que mi madre no me viese, salí sin hacer ruido por la puerta de la casa y me fui a unos jardines cerca de mi casa donde podía ver la puerta de mi casa. Vi como a los pocos minutos salía el fontanero y se iba.
Para no llegar temprano a casa, me fui a un centro comercial a comer algo y me metí en el cine para pasar la tarde. Pero de la película ni me entere, estaba maquinando la forma de aprovechar la situación para follarme yo también a mi madre.
Cuando ya había anochecido decidí volver a mi casa, mis padres estaban en el salón viendo la tele.
- ¿Que tal por Madrid?
- Bien,
conteste ¿vino el fontanero?
- Sí,
pero no pudo terminar el trabajo, mañana vendrá otra vez con las piezas que
faltan. ¿Vas a estar en casa tu?
- Tenias
pensado ir mañana con unos compañeros de la universidad para pasarnos unos
apuntes y ya nos quedamos a comer por alli ¿Por?
- No, por nada, dijo mi madre, para saber si
tenia que hacerte comida.
Me acerque a ella y la di un beso en la mejilla. Se me quedo mirando y la sonreí. Me subí a mi habitación y me acosté, pero no pude dormir mucho estaba terminando de trazar el plan de ataque.
Lo que sucedió al día
siguiente ya lo contare más adelante.
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