Mis ojos
estaban fuertemente cerrados, la espalda arqueada y las manos detrás de su
cabeza, tratando de acercar la boca de mi amante hacia mis pechos, intentando
en vano de conseguir más de él.
-
Ooooh , sí, chúpalas .... chupalas ...
Me sentía
tan bien al volver tener los labios de un hombre en mis pechos por primera vez
desde hacía año y medio, bajó por mi cuerpo, besándolo... necesitaba saciar el
hambre de mi coño, que llevaba tantos meses sin probar la polla de ningún
hombre. El único problema era que el hombre que me estaba haciendo gozar no era
del que realmente estaba enamorada. En mi mente fingía que era otro hombre el
que me estaba haciendo el amor.